Ni siquiera los muertos están
muertos.
Diseminados sus miembros pero no
inertes,
crispados más bien.
Libres de polvo ¿Quién podrá
sepultarlos?
Están los gritos y también el
relincho y el mugido,
que replican en nosotros
el sofocón ardiente y luminoso que
llega desde el cielo.
Plegarias que a fuerza de silencio
traspasan los límites
y ruedan por el mundo;
a diferencia de las manos
que se han quedado acunando,
y de los puños, que olvidaron la
derrota
y auguran la vida.
Los despojos nos interpelan aún.
Ni siquiera están muertos.
Muy bueno! Tiene mucha relación con la intención del cuadro
ResponderEliminarMe inquietan esos versos finales.
Un bso Gra!
Hay muertes tranquilas y otras que no. Hay muertes que tienen otro nombre y no terminan de cerrar nunca. Muchos ejemplos. Gracias Leo!
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